Crece la pobreza en Europa. Uno de cada cinco europeos la padece. En Europa la pobreza y/o el riesgo de pobreza se definen en relación con los ingresos medios de cada país. El que tenga menos del 60% de los ingresos medios para vivir, es pobre y/o tiene riesgo de pobreza. Al mismo tiempo, la proporción de la población que según esto es pobre, dice algo sobre la desigualdad existente en el país. Según el Eurostat, Ministerio de Estadística de la UE, a finales de 2008, 85 millones de personas estaban afectadas por la pobreza dentro de la UE, es decir un 17% de todos los europeos. Pese a todas las explicaciones sobre la reducción de la pobreza, las diferencias sociales se han incrementado, ya que en 2005 el porcentaje era del 16%, y en 2000 era del 15% en la UE-15. El porcentaje de riesgo de pobreza en niños y jóvenes de hasta 17 años es mayor que el de la población total.

A finales de 2008 era del 20%. Los porcentajes mayores son los de Rumanía (33 %), Bulgaria (26 %), Italia y Letonia (un 25 % cada uno), España (24 %), Grecia, Portugal, Lituania y Gran Bretaña (un 23 % cada uno) así como Polonia (22 %). Además, las personas mayores se ven más amenazadas por la pobreza que la población general. A finales de 2008 el 19% de todos los mayores de 65 años estaban afectados por la pobreza. La extensión de las relaciones laborales precarias y de los sueldos bajos ha aumentado además el porcentaje de los trabajadores afectados por la pobreza. A finales de 2008, el 8% de la población activa de toda la UE estaba afectada por la pobreza, dándose los porcentajes más elevados de riesgo de pobreza en Rumanía (17 %), Grecia (14 %), Polonia y Portugal (un 12 % cada uno), España y Letonia (un 11 % cada uno). De ellos, las mujeres representan la mayor proporción de población amenazada por la pobreza debida a las relaciones laborales precarias y mal remuneradas, así como a la discriminación a nivel de sueldos, rentas y pensiones.

La Agenda Social de la Comisión Europea para el periodo 2005-2010 ha declarado el año 2010 como el “Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social”, para fortalecer y reforzar expresamente el compromiso político de la UE, que se creó al inicio de la Estrategia de Lisboa, y para adoptar medidas que conduzcan decisivamente a la lucha contra la pobreza. El “Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social” debe constituir una aportación esencial para conducir la atención al problema de la exclusión social. Además la Unión Europea se ha obligado a cumplir los objetivos del Milenio y la Resolución de la ONU, mediante la que se proclamó la segunda década de las Naciones Unidas para la erradicación de la pobreza (2008-2017). La Unión Europea contempla diferentes aspectos constituyentes de la pobreza y de la exclusión social, en los temas relacionados con la lucha contra la pobreza. Por un lado se trata especialmente de grupos de población amenazados (niños, mujeres y hombres mayores), incluidas las personas minusválidas, emigrantes, familias con muchos niños o monoparentales, enfermos crónicos o sin techo. Por un lado se subraya la necesidad de dejar que el tema de la pobreza y la exclusión social en todos los ámbitos políticos se introduzca en todos los ámbitos políticos para garantizar un ingreso y puestos de trabajo asociados con derechos de trabajadores y de alto valor cualitativo, que permita desarrollar una vida digna. La cohesión económica y social y la protección de los derechos de los trabajadores subyacentes deben ser prioritarias, lo que implica un equilibrio entre política económica, laboral, social y medioambiental y una distribución justa de la riqueza y los ingresos.