El grupo de organizaciones de inspiración católica se hizo presente en la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo, coincidiendo con los primeros 100 años de la OIT, para  aportar su propia visión de los desafíos a los que se enfrenta el mundo del trabajo.

Este grupo, que tiene el reconocimiento de organización observadora en el seno de la OIT, previamente había desarrollado un esfuerzo de coordinación en el que han participado habitualmente el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Caritas Internationalis, Comisión Católica Internacional para las Migraciones (CCIM), Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC), Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), Obra Kolping Internacional, Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC), Solidaridad Mundial (WSM) Bélgica, Pax Romana, Justicia y Paz, Movimiento Internacional de la Juventud Agraria y Rural Católica (MIJARC) y otras organizaciones. Queríamos aportar, efectivamente, una reflexión desde la fe sobre los problemas actuales en el mundo del trabajo, y además con una perspectiva integral e internacional. No podíamos desperdiciar la ocasión del centenario de la OIT.

Aspectos como el trabajo decente, el trabajo de los jóvenes y de las mujeres, el mundo rural, las empleadas de hogar, las cadenas multinacionales de suministros y reparto, la violencia y acoso en el trabajo, el diálogo social, el desarrollo sostenible, la justicia social, la globalización equitativa, etc., han ocupado nuestros diálogos.

Hemos tenido en cuenta también el informe de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, de la OIT (marzo 2019) y el documento Configurando el Futuro del Trabajo. En esta ocasión y como síntesis de nuestros diálogos, elaboramos la «Declaración del Grupo Internacional de Organizaciones de Inspiración Católica comprometidas en la promoción del Trabajo Decente durante la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en la Comisión de Violencia y Acoso en el mundo del trabajo», la cual se leyó en una sesión plenaria de la OIT.

De cara al futuro, debemos seguir fomentando nuestro trabajo común, especialmente, deberíamos avanzar en los siguientes aspectos: Reafirmar nuestra eclesialidad y nuestra identidad cristiana. Nuestra palabra y nuestras propuestas deben reflejar claramente una posición cristiana y en comunión con la Iglesia actual. Por ello es necesario continuar el diálogo con el ministerio pastoral, estar a la escucha y ser permeables a la clara voluntad del papa Francisco por el trabajo decente y la defensa de los empobrecidos por el sistema «que mata».

Avanzar en una crítica radical (desde la raíz) del sistema capitalista imperante, evitando tentaciones de acomodarse en la «paz social», especialmente en las zonas más desarrolladas del planeta. Priorizar la tarea de promoción de agentes y grupos de militantes cristianos en el mundo del trabajo que, mediante procesos pedagógicos y formativos, afronten desde el evangelio la construcción de un mundo nuevo (el Reino que Dios quiere para los seres humanos) ensus lugares y comunidades. •

El grupo de organizaciones de inspiración católica se hizo presente en la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo, coincidiendo con los primeros 100 años de la OIT, para aportar su propia visión de los desafíos a los que se enfrenta el mundo del trabajo.


Toni Martínez
Coordinador MTCE
@Mtce_Ebca

 Fuente: Noticias Obreras HOAC de septiembre de 2019