El MTCE ante la renta básica y la situación de los refugiados en Europa
Declaración del seminario del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE).
El seminario del Movimiento Europeo de Trabajadores Cristianos celebrado en Estrasburgo (Francia), del 27 al 30 octubre 2015, finalizó con una declaración en dos cuestiones: la renta básica como parte del trabajo decente en una economía de la solidaridad y la cuestión actual de los refugiados.
La renta básica
En algunos países el debate de la renta básica todavía no está abierto, en cambio en otros está bastante avanzado. Entendemos como renta básica un ingreso mínimo por el cual la persona quede por encima del umbral de la pobreza, y que permita vivir a todas las personas con dignidad. Este derecho no debe estar ligado al trabajo remunerado o profesional.
Por otra parte el tener una renta básica evitaría el estigma de aquellas personas que por cualquier causa no tienen acceso al mercado laboral. También debemos trabajar para evitar el rechazo hacia la renta básica por parte de aquellos que creen que esta contribuiría a que aquellos que la recibieran no serían personas productivas para la sociedad. Consideramos que la renta básica hoy en día es imprescindible, ya que en muchos casos el trabajo remunerado no genera los ingresos suficientes para poder vivir dignamente.
Constatamos que la sociedad actual camina hacia un nuevo paradigma de tecnificación en el cual –tal y como se intenta organizar a la sociedad– no hay empleo para todos.
La crisis actual ha llevado a muchas empresas a reducir sus plantillas a la vez que obligaba a sus trabajadores a hacer horas extras en determinados momentos. Por otra parte existe un gran número de parados de larga duración que sufren la sensación de indignidad que les genera esta situación. Las personas tienen derecho de vivir de una manera digna y ser libres para escoger su trabajo. Para ello hace falta tener asegurada una fuente de ingresos suficiente. Una solución sería, entonces, la renta básica financiada a través de la redistribución de las riquezas.
Como movimientos de trabajadores cristianos debemos basarnos en los Evangelios y los diversos documentos del Magisterio de la Iglesia: doctrina social, encíclicas, etc. Hay que tener presente que Jesús siempre ponía a la persona en el centro. Nosotros como portavoces del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, debemos reivindicar la superioridad moral del hombre sobre el capital. La renta básica daría respuesta a esta idea principal que se apoyaría en los tres pilares básicos del Magisterio Social de la Iglesia: la dignidad de la persona, el bien común y el destino universal de los bienes.
Los refugiados
Europa se ve confrontada con una situación totalmente nueva para la mayoría de sus ciudadanos. Muchos de nuestros países están sumergidos por un importante flujo migratorio. Causado en parte por los horrores perpetrados en África y Oriente Medio, este flujo migratorio no deja de crecer. Cuando estos hombres y mujeres esperanzados alcanzan su destino deben enfrentarse no sólo a sus propios traumas sino también a una burocracia exagerada, a tiempos de espera y condiciones inhumanas, a condiciones de vivienda y salud pésimas, al rechazo por una parte de la población y según determinados informes, a la violencia del Estado.
Esta tragedia de los refugiados representa en definitiva un reto para toda Europa. Cabe preguntarse si la herencia cristiana de nuestro continente, a la que hacen a menudo referencia personalidades en los ámbitos eclesial, social y político, podrá acometer estos retos. Queremos agradecer a quienes obran permanente y voluntariamente por dar a estos hombres y mujeres una imagen cristiana y humana de una Europa en la que han depositado todas sus esperanzas.
Al margen de todas las dificultades mencionadas, estos hombres y mujeres dejados en la incertidumbre tienen derecho al bienestar al igual que nosotros. Consideramos este bienestar como una conquista. Deben tener derecho a una atención primaria suficiente para que puedan rescatar su dignidad y humanidad y tengan la oportunidad de mirar el futuro tan incierto con una confianza renovada.