Comunicado MTCEEl movimiento de trabajadores cristianos de Europa que representa y coordina a 20 organizaciones de 15 países de la Unión Europea y Suiza muestra su más enérgico rechazo al preacuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía sobre las personas refugiadas. Nos sumamos a la denuncia de este acuerdo que supone un grave retroceso en materia de derechos humanos.

Los países de la Unión Europea no podemos firmar un acuerdo con Turquía contrario al Derecho Internacional. Un acuerdo que viola los convenios internacionales y europeos ratificados por los Estados miembros y que prohíben expresamente la devolución de personas que son objeto de persecución o víctimas de guerra. Detrás de estos flujos migratorios está siempre la inhumanidad de un sistema económico injusto en el que prevalece el lucro sobre la dignidad de la persona y el bien común;  o la violencia que genera la guerra, la persecución o el hambre.

No podemos construir una Europa fortaleza, llena de gente que viva tranquilamente, pero infelices, porque no podemos dejar de escuchar los gemidos que llegan desde el resto de la humanidad. Nuestro bienestar no puede plantearse al margen de la situación de otros pueblos por lo que el reto sigue siendo construir una Europa de las personas y no de los mercados.

El Consejo Europeo del 17 y 18 de Marzo es decisivo, y hay que demostrar a nuestros representantes que muchas organizaciones y personas no queremos una Unión Europea que pueda violar los derechos humanos y el derecho internacional. Invitamos a participar en todos las movilizaciones que se organicen para expresar el rechazo a esta decisión inhumana.

Europa ¿dónde quedan tus raíces cristianas y humanistas? Hagamos nuestras las palabras del Evangelio: “Fui extranjero y me acogisteis” o seremos cómplices, unos por acción otros por omisión. Como trabajadoras y trabajadores cristianos renovamos nuestro compromiso por trabajar por una sociedad justa, fraterna y sostenible, en Europa y en todo el mundo. Con el papa Francisco manifestamos: “ha llegado la hora de construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía sino a la sacralidad de la persona humana, de los valores inalienables». “Hemos de romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo” (Misericordiae vultus, 15). ¿Es que no nos importa el futuro de la humanidad? Hoy resuenan con más fuerza las palabras que nos dejó Jesucristo en su Evangelio: “Os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.” (Mt 25, 40)

 

Versión en portugués: http://www.portal.ecclesia.pt/loc-mtc/noticia.asp?noticiaid=34282