«Antes de la pandemia, ejercía como monitora de comedor y de talleres. Que también eran trabajos precarios. Pero a causa de la COVID, como muchas otras personas, me he quedado en paro. Ha sido duro porque no me lo esperaba y ahora en casa no contamos con ningún ingreso más que la paga de mi madre que no llega a los 500 euros. Estoy echando currículums por todas partes y bastante desesperada». –Triana, joven de 21 años.

 

Los trabajadores y las trabajadoras pobres han aumentado en la mayoría de los Estados miembros de la UE durante la última década, según el informe Benchmarking Working Europe 2020 realizado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES). 

Mediante un análisis de los datos oficiales recogidos en Eurostat, el sindicalismo europeo concluye que el porcentaje de trabajadores en riesgo de pobreza, aunque estén trabajando, aumenta en 16 Estados miembros durante la última década (2010-2019). Sin embargo, en el mismo periodo, la riqueza y la economía mejoró sustancialmente.

Hungría, el Reino Unido, Estonia, Italia y Luxemburgo sufrieron los mayores aumentos, y su tasa de trabajadores en riesgo de pobreza aumentó, de manera extraordinaria, entre un 58% y un 27%. Una sufriente realidad que contribuyó al aumento del 12% en los trabajadores pobres en toda la UE. En España, se ha pasado del 10,9% en 2010 al 12,7% en 2019, lo que supone un incremento 4 puntos porcentuales por encima de la media de la Unión Europea.

¡Acuerdo! (Deal!). Eran las 5:30 de la madrugada del martes 21 de julio cuando la cuenta de Twitter del presidente de la Consejo Europeo, el belga Charles Michel, expresaba este hito de la Unión Europea. Finalizaba una de la cumbres más largas -y a todas luces- más tensas y difíciles de los líderes de la Unión, para concluir con un consenso “símbolo de unidad y fortaleza” de los 27: un fondo de recuperación y un marco financiero plurianual de siete años que ayudará a los Estados de la UE a afrontar la mayor crisis de su historia.

Las consecuencias socioeconómicas de la crisis COVID-19, con una caída de la economía de más de 8,3 % este año y con alrededor de 45 millones de trabajadores y trabajadoras cuyos empleos dependen de esta inversión; 14,3 millones de personas desempleadas de forma permanentes; 2 millones de trabajadores con contratos de muy corto plazo expuestos al desempleo, según estimaciones de la Confederación Europea de Sindicatos, requieren de compromisos políticos y financieros extraordinarios que permitan sanar estas heridas y preparar el rumbo de la próxima década.

DIOCESE DE SETÚBAL DA LOC/MTC. Eis os seus coordenadores, Maria Emília Castanheira e Jorge Alberto Viegas. Dois trabalhadores já com um longo percurso de vida sempre do lado da solidariedade. Muitas vezes o trabalho rouba-nos o tempo e a vontade para ir mais longe na nossa formação e mesmo assim, do que temos, disponibilizamos, colocamos ao serviço.

DIOCESE DO PORTO DA LOC/MTC. Eis os seus coordenadores, Adélia Lopes e Guilherme Costa. Dois operários com um percurso de vida sempre do lado da solidariedade. Muitas vezes o trabalho rouba-nos o tempo e a vontade para ir mais longe na nossa formação e mesmo assim, do que temos, disponibilizamos, colocamos ao serviço.

Apreciadas/os compañeras/os del MTCE

En estos momentos excepcionales de confinamiento, como consecuencia de la pandemia del Covid -19 queremos compartir algunas reflexiones.

En primer lugar deseamos que todas y todos os encontréis bien de salud, así como vuestras familias, amistades y el conjunto de vuestras/os militantes y asociadas/os. También agradecer a todas y todos los trabajadores que están haciendo frente a la pandemia, en muchos casos sin los medios necesarios. Pensamos en las médicas y médicos, personal de enfermería, administración y limpieza de los centros sanitarios, personal que trabaja en geriátricos, personal que tiene cura de nuestros mayores y de las personas dependientes, personal de farmacia, sector de la alimentación, transportistas, transportes públicos, voluntarios y un sinfin de personal de otros sectores.

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha hecho público un comunicado ante el impacto de la COVID-19 y sus “dramáticas consecuencias” que pone de manifiesto la importancia de “la comunión, la solidaridad, como única salida posible”. Una práctica que, en la dureza y los dramas de estos días, se está visibilizando de manera extraordinaria en multitud de personas, sean o no creyentes, que “ponen vida y capacidades al servicio de quienes lo necesitan; también hemos visto cómo la política en gran medida ha sido capaz de humanizarse y ponerse al servicio de las necesidades de las personas y del bien común”, apunta.

 

Para este movimiento de trabajadores de la Acción Católica especializada, el fallo del Alto Tribunal es injusto y está en la lógica de considerar al ser humano «como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar», como denuncia el papa Francisco.

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) considera que la sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional (16/10/2019, pdf), que permite el despido por causas objetivas si hay faltas de asistencia justificadas pero intermitentes, sitúa a la personas trabajadoras ante un mayor sometimiento en las condiciones de trabajo, y así otorgar todavía una mayor prioridad al criterio económico.

Para la HOAC, esta sentencia es claramente un retroceso al trabajo “libre, creativo, participativo y solidario” (Evangelii gaudium, 192) donde el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. De esta forma el trabajo se convierte en un lugar de opresión, determinado por las leyes y normas establecidas para que las condiciones laborales de los trabajadores y las trabajadoras se sometan al criterio de rentabilidad, donde lo que importa es la ganancia. En el origen de la sentencia está el redactado de la reforma laboral del año 2012 al artículo 52. d del Estatuto de los Trabajadores, que endureció las condiciones laborales al suprimir la referencia al volumen de inasistencias total de la plantilla en el centro de trabajo. De esta forma, además de la indefensión que provoca, culpabiliza a la persona por enfermar y tener «faltas de asistencia al trabajo, aun justificadas pero intermitentes, que alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos…» motivando así su despido objetivo.

La HOAC considera, desde una visión antropológica cristiana, injusto este fallo, cuando además sabemos que por las actuales condiciones laborales que tienen principalmente los jóvenes y las mujeres, mayoritariamente precarias, y se convierte en un motivo más para relativizar la exigencia de un trabajo decente. Por todo ello, manifiesta su adhesión a las movilizaciones convocadas por las organizaciones de los trabajadores, el próximo 27 de noviembre, para exigir la derogación de este texto del Estatuto de los Trabajadores.

Al mismo tiempo, la HOAC realiza un llamamiento al próximo Gobierno de España para que abra procesos que promuevan transformar y alcanzar unas relaciones laborales que permitan un trabajo digno y, con ello, un modelo de desarrollo más inclusivo, sostenible y solidario.

 

Fuente: www.hoac.es


 

Del 10 al 21 de junio se realiza, en Ginebra, la reunión Centenaria de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la delegación del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos participa Toni M. Santamaría, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)

A esta reunión, definida por el director general de la OIT, Guy Ryder, como un «parlamento mundial sobre el trabajo», están convocados más de 5.000 delegados y delegadas que dialogarán y someterán a consideración el informe Trabajar para un futuro más prometedor de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, en el que se subraya la necesidad de priorizar a las personas. El informe proporciona un análisis en profundidad del futuro del trabajo, orientado a sentar las bases para alcanzar la justicia social en el siglo XXI. En este horizonte, el trabajo decente es esencial para las personas, para la paz y para el planeta.

Para la HOAC, que participa en la delegación del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos con la presencia de Toni m. Santamaría, este diálogo muestra la «notable coincidencia entre las preocupaciones de la OIT, las reivindicaciones y propuestas del movimiento sindical internacional, los planteamientos de la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio del papa Francisco, en torno a la urgente necesidad de ese nuevo contrato o pacto social que priorice a las personas, su dignidad y el valor de su trabajo».

La Declaración final que se adopte en esta reunión centenaria debe establecer un nuevo contrato social que, entre otras consideraciones, priorice el respeto a los derechos de los trabajadores y trabajadoras: con una Garantía Laboral Universal que proteja los derechos de todos los trabajadores, un salario adecuado, la limitación de las horas de trabajo, la seguridad y salud las relaciones laborales, la no discriminación, la libertad sindical y la negociación colectiva, la igualdad de género, la protección social universal, el aprendizaje permanente, la gestión humana de las nuevas tecnologías, la lucha contra la crisis ecológica y el diálogo social comprometido como fórmula para resolver los inaplazables retos.

En este mismo sentido se ha expresado el papa Francisco, reclamando un «nuevo pacto social humano, un nuevo pacto social para el trabajo», esencial para la democracia y para las personas, que otorgue «dignidad, respeto, honor, libertad, derechos para todos»[1]. Un pacto social y cultural que nos permita vivir juntos (Evangelii gaudium, 239).

De nuevo, ante el 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, las organizaciones que promovemos la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente unimos nuestras voces y fuerzas en esta fiesta de los trabajadores y trabajadoras y de san José obrero para celebrar el sentido creador del trabajo, y para poner de relieve la urgente necesidad de poner fin a la lacra de la precariedad laboral que caracteriza el actual sistema de relaciones labores y que lesiona los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias.

Constatamos que el trabajo decente, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es un elemento imprescindible para la justicia social y la cohesión de toda la humanidad.

Como denuncia César, de Zaragoza, “la mayoría de trabajos que me ofrecen las empresas son precarios, horas sueltas, sustituciones puntuales… No dan para vivir de forma digna, ni mucho menos. Este tipo de trabajo me genera mucho estrés y tengo miedo del día de mañana. Por eso, este 1º de Mayo acudiré a la calle para junto a otros intentar conseguir un trabajo digno”.

Sin techo digno, no es posible una vida digna

Artículos de ACO en las revistas del MMTC y de ACO-Francia

«Dos son las realidades más preocupantes, los jóvenes tardan más en emanciparse y muchas familias siguen perdiendo la vivienda por la imposibilidad de poder pagar su coste.» Estas son algunas de las observaciones que podemos leer en el artículo «Un techo digno» del coordinador de ACO, Joaquim Villanueva, y que se publica en el boletín Infor del mes de febrero del MMTC.

«Ante esta situación de injusticia, nosotros como movimiento católico y obrero debemos ser capaces de denunciarla con claridad y coraje, somos conscientes de que sin un techo digno no es posible una vida digna, y a la vez saber acoger y acompañar a los colectivos y a las personas que se encuentran en esta situación de vulnerabilidad con humildad y esperanza a la luz del mensaje del evangelio. Debemos ser una voz de la Iglesia.»

Puedes leer el artículo en la P. 7 del boletín en el enlace.

Igualmente, también se ha publicado en la revista Témoignage de enero-febrero de ACO de Francia un artículo sobre ACO. He aquí el texto traducido al catalán.

La Doctrina Social de la Iglesia ha de ser un impulso vital para construir una nueva cultura política y cambiar el mundo

En el micrositio www.hoac.es/dsi la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) contribuye con la misión evangelizadora de la Iglesia en el mundo del trabajo, promoviendo la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), con vídeo didácticos dis­po­ni­bles en cas­te­llano, in­glés y fran­cés, que pue­den ser vi­sio­na­dos en cual­quier lu­gar del mun­do y des­de cual­quier so­por­te tec­no­ló­gi­co. Ecos de prensa.

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos, ha presentado hoy a los medios de comunicación el proyecto multimedia de formación La dignidad de la persona y el bien común, para contribuir mediante esta iniciativa a la construcción de una nueva cultura política, capaz de abordar integralmente los problemas económicos, sociales, políticos y ambientales, especialmente aquellos que afectan a las familias trabajadoras de todo el mundo.

El papa Francisco, de cuya elección se cumplen hoy seis años, recomienda vivamente el uso y estudio de la DSI como instrumento para abordar la realidad política, económica y socioambiental contemporánea. Recordamos esta fecha, con alegría y como signo, de una Iglesia en salida, que busca transformar el mundo con la mirada puesta en quienes sufren la cultura del descarte de este sistema económico. En este sentido, su magisterio social es abundante.

La presentación, en el salón de actos Bernardo Herráez del edificio que alberga la sede de la HOAC, calle Alfonso XI, 4 – 4º de Madrid, ha contado con la presencia de D. Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real y responsable de la Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española, y Milagros Villamarín, responsable de compromiso y relaciones internacional de la HOAC. Además han estado acompañando en esta comparecencia con Luis Manuel Romero y Josetxo Vera, director del secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y director de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Española, respectivamente; Gonzalo Ruiz y Abraham Canales, presidente de la HOAC y responsable de publicaciones, respectivamente.