Por dos veces en el Evangelio de Juan, después de la Resurrección, dice Jesús a sus discípulos: La paz esté con vosotros. Ese deseo de Jesús no va dirigido únicamente a sus discípulos, sino a toda la humanidad. Y hoy osamos decir que va dirigido a todos los países en donde hay conflictos bélicos, de mayor o menor intensidad, y en especial a los pueblos de Ucrania y de Rusia.
Un mensaje dirigido a los pueblos y a los dirigentes de los pueblos, a los políticos y a los jefes militares. Un mensaje dirigido a los más débiles de todos los pueblos donde hay conflictos bélicos. Un mensaje a tantas madres, a tantas esposas, a tantos hijos pequeños, que ven que sus hombres, sus padres, no vuelven porque han muerto en el campo de batalla. La paz que Jesús nos desea es un mensaje de esperanza con el deseo de que los poderosos ablanden su corazón y busquen el entendimiento.
Dos no riñen si uno no quiere, dice un conocido y sabio refrán que recoge la experiencia de largos años de conflictos. Por eso, la máxima latina Si vis pacem para bellum, podría verse convertida en Si vis pacem para pacem si las partes en conflicto tuviesen la voluntad de poner fin a todas las hostilidades, a las armadas, a las económicas, a las culturales, a las sociales, a las laborales. Así pues, la llamada de Jesús a ser constructores de paz, tiene pleno sentido en nuestros días y frente a todos los conflictos: Dichosos los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos, leemos en el Evangelio de Mateo. Este texto nos recuerda que la paz es un trabajo, porque demasiado a menudo del corazón del hombre nacen hostilidades y pendencias.
El apóstol Pablo, en la carta a los Gálatas nos propone vivir según el Espíritu, lo que nos lleva a ansiar la paz y a vivir actitudes de paz: En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad, humildad y dominio de sí mismo. Ante esta propuesta nos preguntamos por los criterios que guían a los dirigentes de las naciones en conflicto: ¿son criterios religiosos, o son criterios de envidia, de venganza, de poder y de provecho económico? ¿Tienen la actitud de Caín? Quizás nunca han abierto los oídos a escuchar la pregunta de Dios a Caín: ¿Dónde está tu hermano?
La guerra solo produce pobrezas de todo tipo, de las que son victima principalmente los trabajadores y tantas personas marcadas por toda clase de debilidades. Por eso, en cuanto a movimientos pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa nos solidarizamos con los trabajadores y trabajadoras de Ucrania y de Rusia, y apoyamos sus deseos de paz, y su derecho al trabajo digno.
Pero también queremos llamar la atención sobre las propuestas patrióticas y ultranacionalistas que muchas veces ocultan los intereses personales y lucrativos de los poderosos, cuyos hijos nunca serán enviados a morir en la guerra, cuyos trabajos nunca serán destruidos, cuyos intereses se disfrazan de amor a la patria y de discursos encendidos y grandilocuentes que maquillan su afán de lucro y de poder.
Por todo esto exigimos el cese inmediato de las hostilidades y la práctica del diálogo y de la negociación, y que toda la comunidad internacional se implique en conseguir la deseada paz. También proponemos que los recursos que se están dedicando a mantener el conflicto en Ucrania se dediquen a la reconstrucción de todas las zonas
arruinadas y a la promoción del trabajo digno. Y que los medios económicos que Rusia dedica a la guerra que inició invadiendo Ucrania, los dedique a promover la ocupación laboral y el bienestar de sus ciudadanos. También proponemos, humildemente, que las Iglesias Cristianas de Ucrania y de Rusia, hermanas nuestras, trabajen con el Evangelio en la mano para conseguir la paz, y ser dignas hijas de Dios, que nos creó a su imagen y semejanza. Que la paz implique el cese de la violencia, el cese de las injusticias y el cese de todas las justificaciones de la guerra como vía de solución para los conflictos entre los pueblos. Que la paz sea el mejor fruto de la Pascua que ahora estamos celebrando.
Comité Permanente del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, Abril 2023