La mayoría de las personas europeas y Europa dependen, con tendencia en aumento, del trabajo remunerado para garantizar su subsistencia. Sin embargo, el trabajo remunerado no procura solamente el sustento necesario sino que es determinante para la seguridad social, el reconocimiento social y la integración. El trabajo remunerado es, no en último término, un factor relevante de la cohesión social.
 

Datos factuales: La tasa de empleo refleja la situación del presente asunto. En el año 2006, la tasa de empleo de la población entre 15 y 64 años de edad en la UE-27 ascendió a un 64,4 %. En cinco Estados miembros se registró una alta tasa de empleo de más de un 70 %: Dinamarca, Países Bajos, Austria, Suecia y el Reino Unido. En el año 2006, Bulgaria, Italia, Hungría, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia presentaron bajas tasas de empleo, de menos de un 60 %. La tasa de empleo de mujeres en la UE-27 ascendió a un 57,2 % y fue inferior a la de los hombres que ascendió a un 71,6 %.[1] Desde 1997 hasta 2006 aumentó la tasa de empleo en un 3,7 % (de 60,7 % a 64,4 %).


[1]           Cfr. Europäische Kommission / Eurostat (Hg.), Europa in Zahlen. Eurostat Jahrbuch 2008, Luxemburgo 2008, pág. 248.