OIT MTCE

El tema de este evento «Construir un futuro con Trabajo Digno» y la relevancia del camino histórico de la OIT en la promoción del diálogo y de la justicia social en el mundo del trabajo así lo exigían.

La delegación, compuesta por los dos copresidentes y por la secretaria general del MMTC, también incluyó a miembros de la Coordinación Europea del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE) y de los movimientos de la HOAC de España, del KAP de República Checa y del KVW del sur de Tirol, Italia.

Durante la Conferencia, pudimos observar, escuchar, intervenir y mantener diálogos informales con delegados y participantes, con la Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristina (CIJOC) y la Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), con el Centro Católico Internacional de Ginebra (CCIG) y con el Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores (EZA, por sus siglas en alemán).

El grupo de organizaciones de inspiración católica se hizo presente en la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo, coincidiendo con los primeros 100 años de la OIT, para  aportar su propia visión de los desafíos a los que se enfrenta el mundo del trabajo.

Este grupo, que tiene el reconocimiento de organización observadora en el seno de la OIT, previamente había desarrollado un esfuerzo de coordinación en el que han participado habitualmente el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Caritas Internationalis, Comisión Católica Internacional para las Migraciones (CCIM), Coordinación Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (CIJOC), Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), Obra Kolping Internacional, Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC), Solidaridad Mundial (WSM) Bélgica, Pax Romana, Justicia y Paz, Movimiento Internacional de la Juventud Agraria y Rural Católica (MIJARC) y otras organizaciones. Queríamos aportar, efectivamente, una reflexión desde la fe sobre los problemas actuales en el mundo del trabajo, y además con una perspectiva integral e internacional. No podíamos desperdiciar la ocasión del centenario de la OIT.

El director del secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales, Manuel Barrios Prieto, ha sido elegido nuevo secretario general de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE). El nombramiento se hacía público el 25 de junio, aunque no asumirá el cargo hasta el próximo 1 de septiembre. Sustituye al hemano Olivier Poquillon, O.P, y  ha sido designado por un periodo de cuatro años.

Las elecciones europeas del día 26 de mayo nos brindan la posibilidad de participar en este proceso democrático y poner nuestra mirada en el rico y diverso mosaico que representa la Unión Europea (UE). Al mismo tiempo es una ocasión para la reflexión de lo que ha sido y es la UE, y para pensar sobre el rumbo que debe tomar en el futuro cercano.

El concepto de la UE es el de una casa común que habitan personas de caracteres, costumbres y posturas muy diversas. Este hecho supone una riqueza enorme que hay que respetar y cuidar. Al mismo tiempo cabe decir que, por las mismas razones, nuestro continente no es un paraíso y la convivencia naturalmente no siempre ha sido idílica, ya que hay muchas realidades que –con razón– consideramos penosas, desagradables o lamentables.

Empecemos, sin embargo, por lo que quizá pueda aparecer al final de esta reflexión. El objetivo principal de la Unión Europea desde principio ha sido una convivencia pacífica de las naciones. Y hay que afirmar, que este propósito se ha cumplido de manera maravillosa. Tenemos el privilegio de que Europa ha vivido un largo período de paz lo que es –desde el punto de vista histórico– algo excepcional. Se ha preferido solucionar los conflictos sentados alrededor de una mesa, a partir del diálogo.

 

El MTCE (Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa) es una coordinación de movimientos de trabajadores cristianos de 10 países europeos, que lucha a favor de una Europa socialmente justa a partir del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia. Con vistas a las elecciones al Parlamento Europeo, que tendrán lugar del 23 al 26 de mayo de 2019, presentamos nuestras principales reivindicaciones. De este modo, cumplimos con nuestra responsabilidad como ciudadanos de la Unión Europea (UE) aportando nuestro punto de vista de trabajadores y trabajadoras cristianos.

El criterio de toda acción política

El fundamento de nuestras posiciones es la dignidad de cada persona y nuestra condición de hijas e hijos de Dios. La política a todos los niveles debe proteger esta dignidad y promoverla, que, para los cristianos, es una exigencia del Evangelio.

Consecuencias y sugerencias

Consideramos las siguientes demandas, de vital importancia para el desarrollo de nuestras sociedades en el contexto europeo:

  • • La dimensión social de la UE debe obligar a los Estados miembros a que hagan justicia a cada ser humano concreto con sus preocupaciones y necesidades, ya que más de 120 millones de personas en Europa corren el riesgo de caer en la pobreza y la exclusión social. La dignidad de cada una de estas personas nos exige una respuesta urgente.
  • • Como sugiere la Comisión Social de la COMECE (Comisión Europea de Conferencias Episcopales) en su documento de noviembre de 2018, "Modelar el futuro del trabajo", pedimos el esfuerzo de todos para configurar el trabajo de acuerdo con los criterios de la dignidad humana (condiciones laborales justas, ingresos dignos, horarios de trabajo equilibrados), de la sostenibilidad (asumir nuestra responsabilidad a través de la acción ecológica), la cogestión a través del diálogo social y la participación de todos en el proceso de trabajo.

Proponemos

  • • La creación y el mantenimiento de puestos de trabajo dignos, seguros y estables, como objetivo prioritario de la agenda política, porque los contratos de trabajo precarios impiden una planificación del futuro adecuada, especialmente en el caso de las generaciones más jóvenes.
  • • La garantía de una clara protección social y laboral de todos, incluyendo a los trabajadores “falsos autónomos”.
  • • La eliminación de la diferencia de remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo.
  • • Que la Unión Europea establezca normas para aliviar las peores formas de pobreza, que sufren un número cada vez mayor de ciudadanos. Una protección social adecuada es la mejor forma de luchar contra el nacionalismo xenófobo y el populismo.
  • • La formación permanente, especialmente en el campo de la digitalización para poder acceder más fácilmente al trabajo.
  • • Que se garanticen los períodos de descanso y la conciliación de la vida laboral y familiar. El domingo libre de trabajo es un requisito indispensable para una vida familiar adecuada.
  • • Adoptar medidas urgentes para proteger el medio ambiente. El concepto del crecimiento cuantitativo tiene que ser reemplazado por el concepto del crecimiento cualitativo.
  • • Una mayor justicia fiscal que asegure la redistribución y la equidad, que combata la pobreza y que asegure oportunidades para todas las personas, mediante la introducción de un impuesto sobre las transacciones financieras.
  • • Tomar medidas eficaces para garantizar que los bancos y las bolsas de valores estén al servicio del bien común, y para que las pérdidas no vuelvan a repartirse entre todos, mientras que los beneficios queden manos de unos pocos.
  • • Que la UE y sus Estados miembros reaccionen ante la difícil situación de los refugiados, que organicen su distribución justa por países, que creen formas legales de migración y que adopten medidas concretas para combatir las causas. La dignidad humana tiene validez universal y una política de rechazo no hace justicia a nuestra condición de hijos e hijas de Dios.
  • • Que se valore y promueva el compromiso de una sociedad civil activa que se informa y se organiza, generando así valores y actitudes para consolidar la democracia. Pedimos, que se promueva la participación activa de todos los ciudadanos en la construcción de la política y la toma de decisiones.

Con este manifiesto queremos contribuir a la construcción de Europa allí donde vivimos y desde la situación y la realidad concreta de cada uno. Queremos contribuir a elaborar un discurso político y social con criterios de paz, de diálogo y de cooperación.                          

Bruselas, marzo de 2019

 

 

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Declaración del MTCE acerca de las Elecciones europeas - 2019 (Versión larga)

De 14 a 16 de febrero, se ha celebrado en Milán la VII Semana Social Europea. El lema ha sido "Solidaridad, Subsidiariedad y Bien Común - caminos para superar la pobreza y la desigualdad social en Europa".

A ella han asistido casi 100 personas, procedentes de 21 países de Europa, representando a organizaciones, partidos, sindicatos y movimientos cristianos preocupados por la justicia y los derechos sociales. También ha asistido Mr. Antoine Hérouard, presidente de la Comisión Social de la COMECE y obispo auxiliar de Lille (Francia). Por parte del MTCE hemos asistido dos representantes.

Se han desarrollado las siguientes presentaciones, ponencias y paneles:

- Caminos para salir de la crisis social en Europa

- Cambios que nos esperan en el mundo laboral ¿Trabajo para todos?

- La digitalización de la economía y el trabajo

- Realidad y nuevos desafíos en el diálogo social

- El nuevo orden social europeo