Desde hace más de un año, nuestro planeta se enfrenta a una crisis sanitaria y social que nos afecta a todos. Sin embargo, no todos los grupos sociales sufren las consecuencias de la misma manera.

Las clases populares, los obreros y los empleados son los más expuestos a los riesgos de contagio. La tasa de mortalidad en estas categorías sociales es mucho mayor que en las más acomodadas.

Las clases populares, las más afectadas

Las condiciones de trabajo se han vuelto cada vez más difíciles y las medidas necesarias de prevención han provocado un aumento significativo de la carga de trabajo para algunos empleados que no pueden realizar sus tareas a distancia. Para otros, el teletrabajo ha sido una medida impuesta que puede conducir a una gran presión, al aislamiento y a una mayor explotación.

La democracia se nutre de experiencias positivas de unión y participación

Las raíces

El domingo sin trabajo tiene sus raíces en el judaísmo, y con sus seguramente 2.500 años es probablemente la ley social más antigua de la humanidad. En el relato bíblico de la creación del mundo, el final delrelato no es la creación del hombre, sino el descanso de Dios después del trabajo en el séptimo día (Gn 2,1-3). La finalización del trabajo consiste en el descanso. En consecuencia, este derecho al descanso se concedía a todos: a las mujeres, a los hombres, a los siervos y a las siervas, a los esclavos y a los extranjeros, a los animales y a la naturaleza (Dt 5,14).

En Europa, el domingo sin trabajo es uno de los bienes culturales más antiguos y, por tanto, debería estar bajo una protección especial, como un derecho legítimo, y como una red de seguridad para las personas y la naturaleza, contra la auto explotación y la explotación por parte de otros. En el mundo laboral actual, representa una frontera entre el tiempo determinado por otros y el tiempo determinado por uno mismo. Según la concepción judeo-cristiana del hombre, todo ser humano es más que lo que logra. Tomar regularmente tiempo para reflexionar sobre “la vida buena para todos”, en un mundo que fue creado como bueno, puede y debe reforzar esta conciencia de la dignidad humana sin condiciones. El sábado o domingo es el marco seguro para ello.

 

El pasado 13 de febrero de 2021 se celebró la reunión del Grupo de Coordinación del MTCE. Las circunstancias de la pandemia de Covid-19 obligaron al grupo a reunirse de forma telemática, un nuevo reto que le lleva a tener que trabajar y planificar el futuro del movimiento europeo de una forma diferente. A esta reunión participaron la presidenta, Olinda M. (Portugal), el consiliario Josep J. (España), el tesorero Armin H. (Suiza), el coordinador Toni M. (España) así como los representantes de los movimientos de España (HOAC y ACO), Italia, Francia, Alemania, Suiza (KAB y CTC), Austria e Inglaterra, y se contó igualmente con la presencia de los representantes del movimiento mundial MMTC: Fátima C. (Portugal) co-presidenta, Mariléa D. (Brasil) secretaria general, Bernard R. (Francia) consiliario y Philippe Ch. (Francia) tesorero.

Se dialogaron los puntos de la agenda habituales, además de preparar diversas modificaciones a los Estatutos que se tratarán en la asamblea general prevista en septiembre 2021, que se celebrará, si es posible, presencialmente en Lisboa y si no lo es, de forma telemática.

Oración por nuestro mundo dolorido

Señor,

a ti venimos en estos momentos oscuros y duros.

A ti venimos a explicarte el dolor y la muerte

que causa la pandemia que diezma a nuestros pueblos.

Y ponemos en nuestra boca las palabras del salmista:

“Di al Señor: Tú eres mi refugio,

mi baluarte, mi Dios en quien confío.

Él te librará… de la peste asoladora… bajo sus alas te dará cobijo…

No temerás el terror de la noche… ni la peste que surca la niebla,

ni la plaga que devasta a pleno día” (Sal 91,2-6).

 

Señor,

en ti confiamos en estos momentos

en que tantos hermanos y hermanas nuestros,

tan débiles, viven en sus carnes

el dolor de la Pasión y Muerte de Jesucristo, tu Hijo.

 

 

 

“Consolad, consolad a mi pueblo” (Is 40,1). Con estas palabras de esperanza y confianza del profeta Isaías iniciamos este mensaje de Navidad dirigido a todos los miembros de los movimientos que conforman el MTCE, en estos tiempos duros que sufre nuestro mundo y nuestra Europa. La pandemia del COVID-19 se ha encarnizado en muchos de nuestros conciudadanos, tanto en los aspectos sanitarios como económicos, cebándose en los que sufren peores condiciones de vida. Además, muchos ciudadanos europeos han muerto en nuestros países a causa de esta pandemia.

“Porque no había alojamiento para ellos en la posada” (Lc 2,7). Muchas de las situaciones de precariedad que sufren muchos ciudadanos y ciudadanas europeas las experimentó Jesús, el Hijo de Dios, en su nacimiento. Una situación de pobreza vivida en estos tiempos, por muchas personas: trabajadores despedidos, puestos de trabajo destruidos, enfermos, secuelas psicológicas, fallecimientos, y otras consecuencias que nos deterioran como personas y como sociedad.

“Vayamos a Belén, a ver lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado” (Lc 2,15). La condiciones sanitarias y laborales que vive nuestra sociedad nos llaman a acercarnos al pesebre de Belén y contemplar en él a Jesús que nace en medio de nuestro mundo herido por la precariedad y el dolor. Por eso repetimos la acción de los pastores cuando nos acercamos a aquellos que más sufren a causa de esta pandemia. Que la solidaridad, el amor fraterno, y la entrega de nuestro tiempo sea la nota distintiva de nuestra visita al pesebre pobre y humilde que es hoy nuestro mundo.

 

El 16 de octubre de 2020 el MTCE ha celebrado su asamblea general anual. En esta ocasión ha sido de forma telemática debido a la pandemia de la COVID-19. En ella han participado representantes de 11 movimientos, pertenecientes a 9 países europeos. También han participado tres representantes del MMTC (Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos)

Un punto destacado ha sido la elección de la nueva presidenta. La elección por unanimidad ha recaído en Olinda Marques, miembro del movimiento LOC-MTC de Portugal que ha sustituido en el cargo a Petr Koutný, del movimiento KAP de República Checa, el cual llevaba dos años ejerciendo la presidencia.

Por otra parte, se ha informado de las actividades realizadas por el MTCE y por los movimientos miembros en el periodo transcurrido desde la anterior asamblea general, celebrada en Ostende, Bélgica en octubre 2019.

Con la satisfacción de haber podido celebrar este encuentro fraterno, aunque a través de pantallas, nos hemos emplazado para la próxima asamblea, prevista en septiembre de 2021 en Lisboa.